Dormitorio 001A - Vincent Valentine.

-Me encantaría...es decir, lo de ir el fin de semana-dije mientras me rascaba la nuca-aunque te aseguro que me sará dificil deshacerme de estas prendas.

Por primera vez en muchos años deje escapar una leve carcajada. Ella era la persona que de nuevo me hacía ser feliz. Sin embargo,...

-Je, ¿En serio?-dije sin poder evitar sonreir-Gracias.

-En fin será mejor que vayamos a las aulas. Al menos presentémonos a los estudiantes a la vez. Así mataremos dos pajaron de un tiro. -Dije mientras me levantaba.

Volví a mi cuarto, y me dejé caer en la cama.

-Angie...-en realidad la amaba.

De repente oí unos débiles pasos acercándose. Me incorporé y me sorprendió lo que vi.

Spoiler:

-¿...Gigi?

Era mi gato Gigi, el cual dijo que no quería venir conmigo al jardín, pero al parecer algo le había hecho cambiar de opinión.

-Pues claro que soy yo, ¿Que gato querría acercarse aquí sino yo?

-¿Què es lo que te hizo cambiar de opninión?

-Lógico, necesitas a alguien que te pueda proteger

-Protegerme ¿eh?

Gigi se subió en mi regazo pidiendo caricias.

-Jum...gracias por venir

Continué acariciando a mi gato Gigi durante un rato, hasta que algo pareció alarmarle. Se puso a olisquearme...

-¿Que ocurre?

-Mmmmm...hueles raro...

-Je, pues me acabo de duchar, será el gel.

-No...es algo extraño...hueles a...¿Has estado con una chica?

A veces me sorprendía la habilidad de Gigi para hacer deducciones. Sin embargo no pude reconocerlo, pues Gigi me tomaba como un amargado.

-Pero...¿Que dices?

-Ja, has estado con una mujer...y no hace mucho encima-dijo mientras me seguía olisqueando.

-Pero...¿De dónde sacas tú eso?

-No me lo puedes negar. Me has dicho que te acabas de duchar ahora mismo, pero hace un momento he visto que el baño estaba completamente seco, y además acabas de entrar ahora. Lo cual quiere decir que te has duchado...¡En el cuarto de una chica!

-¡Gigi!-grité desviando la mirada hacia otro lugar.

-Jajajaja-Gigi no paraba de reir mientras se revolcaba por el suelo.

Al tiempo dejó de reir y dijo seriamente:

-Y....emm....¿Como es? ¿Cuantos años? ¿Sus ojos? ¿Su pelo? ¿COMO?

-Mmmm-dije mientras mientras dejaba caer mi cuerpo sobre la cama.

En ese momento Gigi se puso de pie encima de mi pecho.

-Me la tendrás que prensentar tarde o temprano...¡JÚRALO!

-Esta bien...lo juro.

-¡Yupi!-después de decir esto se tumbó de nuevo a mi lado y a los dos nos entró el sueño...

De repente sonó el teléfono que tenía encima de mi mesita.

-Buaaaa-gritó Gigi, que se le habían erizado todos los pelos del cuerpo a causa de aquel ruido.

-¿Pero quien será?

-Seguro que es esa chica...

-No digas tonterías- dije mientras cogía el teléfono.

-Es el director Cid-descolgué el teléfono-Vincent Valentine-dije esperando una respuesta del director.

En aquel momento el profesor Valentine recibio mi llamada.

"Profesor Valentine, tenemos un grave problema, unos estudiantes han entrado en el area de entrenamiento sin permiso y un arqueosaurio les ha atacado. Necesitamos que vaya alli urgentemente o los pobres chavales moriran."

-De acuerdo, director, ahora mismo voy. Los llevaré a la enfermería-cerré el móvil de golpe.

-¿Qué pasa?

-Unos alumnos están en peligro.

-¿Puedo ir contigo?

-No, mejor quédate aquí.

-Jo, siempre me pierdo lo mejor...

-Ohhh...está bien, puedes venir, pero siempre que sigas mis ritmo.

-Vale.

Salí rápidamente de la habitación rápidamente seguido por Gigi, y al fin llegamos al centro de entrenamiento.

Entré en mi habitación, me deshice de la capa, y me tumbé. Gigi saltó a un lado de la cama.

-Asi que es ella...-dijo mirándome con una sonrisilla malvada.

-Si, Gigi...-dije cansado por los comentarios que haría.

-Puf, espero que en este jardín gigantesco haya alguna gatita...

-Pues de momento yo no he visto ninguna...vamos duérmete.

Me dormí mientras le acariciaba...

Me despertó Gigi, que no paraba de golpear una y otra vez mi cara

-¿Por qué me despiertas?

-Ella va a venir, ¿No?

-¿Y eso qué tiene que ver con que me despiertes?

-Je je, despiértate un poco, que no te vea con esa cara que tienes.

Simplemente con tal de no escuchar más sus consejos le hice caso y me lave la cara en el lavabo, para lograr despertrme del todo.

-Ves, es ella-gritó Gigi.

-Ya lo se.

-Se nota que la tienes loquita.

-Cállate, solo viene a cambiarme los vendajes.

Al ver que Gigi se quedaba perplejo, dije:

-Estas vendas-dije mientras le mostraba los vendajes de mi pecho.

Corrí a abrir la puerta, y allí estaba, esperando...

-Buenos días, pasa.

Entré en la habitación y acaricié al gato con la mano.
-Buenos dias a ti también.
Me senté en la cama.
-Bueno veamos la herida. Espero que no se te haya abierto.