Dormitorio 003A - Angie Thompson

Esta es la habitación de la enfermera Angie. El post siguiente a este será el primer post del rol en este tema.

-Si, no está mal...-dije mientras observaba como Angie preparaba el te con mucha delicadeza.

-Huele muy bien...no está nada mal para descansar después de clase, y eso que ha sido solo la clase de presentación. No son más que unos crios.

Sabía que la experiencia que había tenido Angie en su primera clase no había sido mejor de lo que se esperaba, y por eso traté de animarla.

-Eso me temo... a excepción de algunos alumnos, la mayoria no son más que niños. Encima Larxene debe de tenerme manía, y no hay quien trate con Ueki.
Cuando hagamos exámenes si no te importa, preferiria que Ueki estuviera en un aula a parte con otro de los profesores, asi nos asegurariamos de que no copiara.
Además estoy más que seguro de que a ti te respetarán y te tendrán más en cuenta que a mi. - Dije mientras me llevaba la taza a los labios.

-S-si... - me puse colorada por la vergüenza. Dejé las manos juntas sobre mi regazo mientras miraba hacia abajo. ¿Y ahora... qué?

Vi que Angie se sonrojaba algo por mi comentario, pero no supe que decir para solucionarlo.

Llevé por primera vez la taza hacia mis labios, y probé un sorbo de te. Estaba realmente delicioso.

-Está relamente bueno.

-¿En serio? ¿T-Te gusta? Entonces.. puedes venir a tomar el té siempre que quieras. - ¿Por qué estaba nerviosa? Yo no soy así. ¿Acaso este hombre...?

-Me encantaría, aunque tampoco quiero abusar de tu tiempo libre. Si tienes cosas que hacer no dudes en decírmelo, no habrá ningún problema-dije viendo que cada vez estaba más nerviosa.

-Angie...

Me emocioné bastante con las palabras de Angie, y tuve que hacer un esfuerzo por no derramar algunas lágrimas.

-Gracias.

Aquella era de las pocas veces que a alguien le agradaba mi compañia, y después de mucho me sentía enormemente feliz.

-No, Angie, si lo es. Es bonito si eres tú quien lo dice-La abrazé sin decir nada más. Me sentía algo extraño al ser yo el que era consolado.

Permanecí un rato abrazándola, y al fin dije:

-Eres un encanto.

-Si, si lo es-dije mientras desenvolvia aquel cálido abrazo-Angie...yo...

En ese momento mi corazón me ordenaba que demostrase mi amor hacia ella, pero no sabía que hacer. Mi rostro se acercó lentamente al suyo. No quería asustarla, pero era lo que sentía que debía hacer...

No parecía querer resistirse, pero no sabía muy bien que hacer. Nuestros labios al fin entraron en contacto, y los besé suavemente, esperando una respuesta de los suyos...

Aquel beso se volvía cada vez más apasionado. Me levanté rápidamente y conmigo a Angie. Rápidamente me posé sobre la pared más cercana y atraje a Angie hacia mi, para sumirnos en otro cálido y apasionante beso. Notaba que Angie acariciaba mi rostro y que me abrazaba fuertemente. Yo hice lo mismo...