Había llegado. No me hacía ninguna gracia tener que venir a esta institución, pero la verdad es que esos dos tenían razón. Los únicos a los que considerado amigos durante toda mi vida.
Tenía que evitar levantar sospechas, y que mejor que venir a un sitio así.
Lo que me había hecho decidirme era eso de que daban ''misiones'' a los alumnos. ¡Que ganas de ir a alguna!
-Sateto...Ha divertirse~!-exclamo, al tiempo que entro con paso tranquilo y una amplia sonrisa.