El sudor recorría mi frente, pero no de agotamiento; era un sudor frio, provocado por los nervios de que algo saliera mal y todo se fuera al traste.
Entonces le vi. Korin estaba detrás del científico, esperando mi señal. Ergui la cabeza despacio y parpadeé un par de veces para no levantar sospechas. El pequeño zorrito, que no había sido detectado, mordió la mano del científico tirando su bisturí, ahora que no poseía ningún arma era el momento. Hubiera preferido capturarlo vivo pero dada la situación no quedaba otra.
Era el mometo de... ejecutar.
Me adelanté con un rapido movimiento, y aprovechado la confusión del científico corté su cabeza con mi daga ninja.
La sangre comenzó a salir como si de una fuente macabra se tratara.
Manché el uniforme aún más de sangre...
Me aproximé al cadáver.
-Descansa en paz. Tus ideas eran demasiado para este mundo. Tal vez te espere algo mejor al otro lado.
La otra hidra aún seguía ahí, pero preferí ignorarla.
Me acerqué al pequeño Ohm y extraje los tubos con sumo cuidado de su cuerpo.
Cogí a la cria y salí del laboratorio.
Aún con la cria en mi poder no podía acercarme a los Ohms, acabarían conmigo antes de que pudiera devolverles a la cria. Por lo que, dejé a la cria en un lugar del bosque. y asusté a los Ohms con mis sellos ígneos, haciendo que escaparan en dirección al pequeño.